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El síndrome del burnout: cómo afrontarlo

El síndrome del burnout: cómo afrontarlo

Todos hemos sentido agotamiento alguna vez. Hemos trabajado muy duro, asumiendo más de lo que podemos manejar, trabajando duro día y noche sin descansos hasta que hemos completado nuestras tareas, pero luego, cuando terminamos, tenemos la sensación de querer quedarnos en la cama todo el día y las tareas más pequeñas parecen una carga enorme. 

 

Cuando esto sucede, tu siguiente paso debería ser tomarte un descanso. Quizás dar un paso atrás de todo el caos del trabajo, las reuniones, el estrés y respirar. No digo que debas olvidarte de esas cosas por completo, ya que hay cosas que aún son importantes y que debes hacer; pero si alguna vez te encuentras en un punto en el que todas las cosas que suceden en tu vida se vuelven demasiado abrumadoras, es bueno hacer una pausa, tomarte un descanso y luego comenzar a retomar tu horario con hábitos más saludables que evitarán que esto suceda. 

 

Repasemos juntos los pasos. Ahora mismo, te sientes como si hubieras tocado fondo, no quieres ir a ningún lado, una ducha es lo último que tienes en mente y hacer cualquier cosa parece una tarea agotadora. Esto está completamente bien. No tenemos que levantarnos y correr una maratón ni nada por el estilo; comenzaremos con pequeños pasos. Comienza por levantarte de la cama, cepillarte los dientes y tomar una ducha. No está mal. Luego, tal vez ve a la cocina y prepara el desayuno, aunque sea solo un poco de cereal o un sándwich y un café, lo que quieras. Acabas de completar cuatro tareas importantes y el resto del día es tuyo. 

 

Ahora es el día siguiente y tal vez intentes hacer algo más productivo que no hayas hecho el día anterior. Podrías practicar un pasatiempo que quizás hayas dejado de lado porque has estado muy ocupado con tu trabajo. Podrías hacer ejercicio, intentar llevar un diario escribiendo sobre lo que sientes, los objetivos que te has marcado, cualquier cosa. Otra cosa que personalmente he encontrado útil cuando estoy en esta situación es hablar con algunos de mis amigos. No tienes que hacerlo si no crees que puedas socializar en ese momento, pero según mi experiencia, me siento mucho mejor después de hablar con un amigo. Me ayuda a darme cuenta de que esto es solo un bache en el camino. Sé que me siento improductivo y no he podido reunir la energía para hacer mucho, pero hablar con alguien puede ayudarte a anclarte y volver a la realidad.

 

Vuelve lentamente a tu rutina diaria estudiando con más frecuencia, asumiendo responsabilidades en el trabajo, sea lo que sea que signifique para ti la rutina. Algo importante que debes recordar es que no es un proceso fácil y que es diferente para cada persona. Lo importante es no hundirte accidentalmente en un hoyo más profundo por no hacer nada al respecto. Entiendo que es difícil y que se necesita mucha fuerza de voluntad para superarlo, pero al final te estás beneficiando a ti mismo.

 

 Para asegurarte de no volver a caer en el mismo ciclo de trabajar demasiado y no tener tiempo para ti, establece algunas reglas básicas realistas. Estas podrían incluir: reservar tiempo para reunirte con tus amigos en algún momento de la semana, reservar tiempo para actividades relajantes que disfrutes, dormir más (trata de no quedarte despierto hasta muy tarde por la noche), y la lista continúa. 

 

El punto es: ¡cuídate! Sentirse así no es un picnic y sé que no es un sentimiento intencional, no es solo pereza, pero aún hay formas de recuperarte y espero que esto te haya dado el empujón que necesitabas para salir y comenzar a sentirte tú mismo nuevamente. 

Escrito por: Poorvi Deshpande, redactora de recursos para jóvenes de Mental H2O

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