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Cómo afrontar el estrés de la admisión a la universidad

Cómo afrontar el estrés de la admisión a la universidad

Si eres un estudiante de último año preocupado por los ensayos, las declaraciones personales, los promedios de calificaciones, las puntuaciones de los exámenes de Colocación Avanzada y otros elementos del intimidante proceso de admisión a la universidad, recuerda que no estás solo. Según CollegeData, el 58% de los estudiantes de último año encuestados afirmó que la solicitud de ingreso a la universidad era el aspecto más estresante del último año. Este estrés proviene de varias fuentes, incluida la naturaleza competitiva de las admisiones, las expectativas académicas y extracurriculares, la presión de los padres y los compañeros y las metas autoimpuestas. Este artículo explorará estos factores y ofrecerá estrategias prácticas para afrontarlos.

 

Entendiendo la presión

 

            Dado el volumen de solicitudes y el número promedio de instituciones a las que se postula, el entorno de admisión a la universidad se ha vuelto mucho más competitivo. A pesar de esto, las tasas de aceptación en las mejores universidades siguen disminuyendo, lo que aumenta los niveles de estrés de los estudiantes que se esfuerzan por cumplir con los altos estándares.

 

Las universidades quieren evaluar la preparación de los solicitantes para los cursos de nivel universitario y conocer su personalidad más allá de lo académico. Como resultado, los estudiantes a menudo toman cursos rigurosos como Colocación Avanzada, Bachillerato Internacional, inscripción dual y/o clases de honores. También participan en actividades extracurriculares y asumen roles de liderazgo dentro de ellas. Es genial que los estudiantes tomen la iniciativa en sus cursos y se conviertan en líderes en su comunidad, pero con presiones para mantener altas calificaciones, puntajes impresionantes en exámenes estandarizados y una sólida cartera de actividades extracurriculares, esto puede ser abrumador y provocar ansiedad y agotamiento.

 

Cómo identificar fuentes no intencionales de estrés

 

            La presión de los padres y de los compañeros puede aumentar este estrés de forma involuntaria. Los padres pueden fijar estándares altos que quieran lo mejor para sus hijos, y los compañeros pueden crear un ambiente competitivo. Escuchar comentarios como “¿En qué te especializarás?” o comparar las puntuaciones del SAT con las de los compañeros puede inducir ansiedad.

 

El estrés autoimpuesto es otro factor importante. Muchos solicitantes se esfuerzan por alcanzar la excelencia en todas las áreas del proceso de solicitud, pensando que cualquier error podría comprometer sus posibilidades de ser aceptados. Comparan las estadísticas de los solicitantes previamente aceptados con las suyas y les preocupa que las suyas no estén a la altura. Este afán de perfección puede generar un estrés y una ansiedad excesivos.

 

Reconociendo los signos del estrés

 

            El estrés puede manifestarse de muchas maneras, incluyendo cambios físicos, emocionales y de comportamiento. Los síntomas físicos incluyen dolores de cabeza, agotamiento e insomnio. Los estudiantes pueden sufrir fluctuaciones de humor, ansiedad y desesperación a nivel emocional. El estrés también se manifiesta frecuentemente mediante cambios de comportamiento, como un aumento de la ira, sentirse “nervioso”, incapacidad para dejar de preocuparse, aislamiento de actividades sociales o cambios en los patrones de alimentación y sueño.

 

Estrategias de afrontamiento para adolescentes

Un componente clave para reducir el estrés es la gestión del tiempo. Los adolescentes deben establecer prioridades para su trabajo, hacer un calendario y dividir los proyectos grandes en tareas más pequeñas y factibles. El uso de esta estrategia puede ayudar a que la carga de trabajo resulte menos abrumadora.

 

Participar en actividades para aliviar el estrés también es beneficioso. Los adolescentes deberían participar en actividades que realmente disfruten, no solo en actividades que crean que a los funcionarios de admisión de la universidad les encantaría escuchar. Participar en actividades físicas como yoga, trotar o incluso dar un paseo puede ayudar a reducir los niveles de estrés. Otras actividades que promueven la relajación y el bienestar incluyen los pasatiempos, la meditación y la socialización con los seres queridos.

 

Consejos para padres y educadores

Los padres y educadores desempeñan un papel fundamental a la hora de ayudar a los adolescentes a controlar el estrés. El 90% de los estudiantes encuestados por CollegeData afirmó haber buscado el consejo y el apoyo de los adultos para aliviar el estrés. Los padres pueden hacerlo creando líneas de comunicación abiertas y asegurándose de que sus hijos adolescentes sepan que está bien cometer errores y fracasar. Los profesores pueden ayudar creando un entorno escolar propicio y asegurándose de que son receptivos a las preocupaciones de los estudiantes. Uno de los consejos más importantes es fomentar una línea de comunicación abierta. Los padres y profesores de los adolescentes deben escuchar activamente las preocupaciones de los adolescentes. Deben validar lo que sienten estos adolescentes y evitar restarle importancia a lo que sienten como simple estrés.

 

Conclusión

El proceso de solicitud de ingreso a la universidad puede ser muy agotador, pero no tiene por qué serlo. Es un proceso en el que los estudiantes no están solos. Saber qué les genera estrés y cómo manejarlo mejor les dará a los adolescentes una buena guía durante este período. La salud mental debe ser una prioridad; recuerda que las admisiones universitarias no definen el valor de una persona. El apoyo de los padres, educadores y compañeros puede marcar la diferencia a la hora de manejar el estrés y garantizar un enfoque más saludable y equilibrado para las admisiones universitarias.

Autor::Amari Bell, redactora de recursos para jóvenes de Mental H2O

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