Mi corazón se acelera y un millón de pensamientos en mi mente me dicen qué decir a continuación. Cualquier cosa. Pero lo único que puedo hacer es asentir levemente. Muchas reacciones y respuestas pasan por mi cerebro, pero no salen. Hay tantas cosas que puedo hacer, pero cada una de ellas queda amortiguada por la enorme cosa que hay en mi mente que me dice que si digo algo, me juzgarán.
Esa es una de las consecuencias devastadoras de luchar contra la ansiedad social. Aunque no se trata de un trastorno poco común, según una encuesta de la ADAA de 2007, el 36% de las personas con trastorno de ansiedad social afirman que habían experimentado síntomas durante aproximadamente una década antes de buscar ayuda. Esto se debe en gran medida a que muchas personas pasan por alto el hecho de que se trata de un problema real y no se trata solo de una persona que necesita salir de su caparazón o que simplemente es "tímida".
El trastorno de ansiedad social puede parecer una simple timidez, especialmente porque comienza en la adolescencia de la mayoría de las personas, pero es mucho más que eso. Ser tímido suele significar que estás nervioso o incómodo en esa situación social en particular, mientras que la ansiedad social es mucho más grave y tiende a evitar las interacciones sociales porque tienes miedo.
En términos más técnicos, según la definición de Merriam-Webster, la ansiedad social es una forma de ansiedad que se produce por situaciones sociales (como conocer a desconocidos, salir con alguien o hablar en público) en las que puede producirse vergüenza o un juicio negativo por parte de los demás. Lo cual tiene sentido y es completamente válido, pero ¿por qué es una reacción que solo sienten algunas personas? Según la Clínica Mayo, las experiencias negativas son la principal causa de la ansiedad social. Las personas que pueden haber sufrido acoso o humillación son más propensas a desarrollar este trastorno. Pero a veces los factores genéticos también influyen; según Healthline, los problemas con los neurotransmisores pueden provocar un desequilibrio hormonal que afecta aún más a la forma en que una persona gestiona sus emociones.
Ahora que hemos aprendido sobre las causas de la ansiedad social y qué es, veamos cómo podemos tomar medidas para superar este miedo.
En primer lugar, aumenta tu confianza. Ten confianza en ti mismo y en lo que haces porque, una vez que la tengas, ¿quién te impedirá hacer lo que quieres? Mientras luchas contra la ansiedad social, te has estado diciendo a ti mismo que la gente te juzgará, se burlarán de ti por lo que digas y será vergonzoso, por lo que te detienes para hacer las cosas que quizás hayas querido hacer. Pero una vez que estés seguro de ti mismo y de lo que haces, no hay nada que temer. Sé que esto es más fácil de decir que de hacer, pero tienes que empezar por algún lado. Intenta dar pequeños pasos, tantear el terreno y empieza por elegir una prenda que te daba miedo ponerte porque no tenías confianza en ella, pero que te encantaba. Tal vez incluso te propongas hablar con alguien nuevo, ya sea en el trabajo o en la escuela. Prueba cosas nuevas poco a poco, habla de las cosas de las que quieres hablar y haz lo que te encanta.
Autor:: Poorvi Deshpande, redactora de recursos para jóvenes de Mental H2O