Los hijos de inmigrantes a menudo tienen que luchar en su interior para aceptar su verdadera identidad debido a que tienen un origen cultural doble o incluso múltiple para algunas personas. Puede resultarles difícil sentirse parte de algún lugar y luchan constantemente contra la sensación de síndrome del impostor y aislamiento. Algunos desafíos específicos incluyen:

1. Confusión de identidad: como se mencionó anteriormente, este grupo está constantemente luchando contra demonios dentro de sí mismos para ponerle un nombre y una descripción a sus identidades debido a estándares y normas en conflicto. Por ejemplo, tal vez alguien proviene de un grupo étnico o nacional donde la comunidad LGBTQ+ es ignorada o avergonzada, pero esta persona está comenzando a cuestionar su sexualidad y se pregunta si tal vez es gay. Puede ser difícil para esa persona aceptar su verdadera identidad y expresarse abiertamente por temor a lo que pensarán sus padres. Esto puede ser aún más difícil de aceptar cuando tal vez las personas en su grupo de amigos u otras comunidades personales están comenzando a unirse a la comunidad LGBTQ+ y a expresarse abiertamente, lo que hace que esta persona se sienta excluida y aislada.
2. Aislamiento social: debido a que tienen un aspecto físico diferente, a que tienen un origen diferente al de sus compañeros y a que tienen prácticas diferentes, estos individuos suelen estar muy aislados de la sociedad y/o de su entorno social. Existe el ejemplo clásico del niño indio que lleva “comida con mal olor” a la mesa del almuerzo, del que se ríen y tiene que comer en el baño o esconder la comida cuando come. Casos como estos son comunes entre los jóvenes, especialmente entre los más jóvenes, y puede resultar mentalmente agotador tener que cumplir constantemente con los estándares y normas de su nueva sociedad y, al mismo tiempo, querer mantener su origen cultural étnico cerca de ellos. Sin embargo, independientemente de lo que hagan, a los ojos de los miembros de su nueva sociedad, siguen siendo diferentes de una manera que no se puede cambiar, por lo que siempre estarán aislados socialmente de una forma u otra.
3. Presión para asimilarse: como se mencionó brevemente antes, estas personas se sienten obligadas o presionadas a tener que ser como los demás cuando tal vez ni siquiera quieran hacerlo. Tal vez esos niños indios que llevan comida india a la mesa del almuerzo realmente quieran comer esos alimentos de casa y no las ensaladas, sándwiches y/o sopas de la cola del almuerzo, sin embargo sienten que tal vez tengan que hacer precisamente eso para poder almorzar en paz. Además, algunos niños tienen la presión de sus padres, que se resisten a cualquier tipo de cambio y obligan a sus hijos a mantener la misma cantidad de conexión étnica. Existe un tirón constante para ellos entre asimilarse tanto a su nueva sociedad que pierdan todos sus lazos étnicos y estar tan conectados con sus orígenes que estarán aislados para siempre.

Consejo

Como hija de padres inmigrantes de la India, entiendo perfectamente y me identifico con cualquiera que se enfrente a estos problemas. Tengo muchas historias de personas que, desde el jardín de infancia, han intentado ser más “blancas” o “estadounidenses” solo para encajar o parecer “más cool”. No creo que sea algo de lo que podamos escapar realmente; no importa cuántos cambios hagas en tu apariencia física o en cualquier otra cosa sobre tu personalidad, siempre estarás “manchada” con una veta de diferencia que otros miembros de la sociedad no pueden aceptar por completo. Honestamente, el mejor consejo que puedo dar es que te aferres a esos lazos culturales tuyos, sin importar cuán pequeños, insignificantes o “no cool” puedan parecer, porque son una parte de tu identidad que no tienen muchas otras personas en tu sociedad, especialmente probablemente las personas que te intimidan por ellos. Esos lazos son muy importantes para estar conectados con tu historia personal, y son la parte más única de ti, por lo tanto, nadie debería tener permitido quitártelos. Recuerda que ser único puede ser mucho más gratificante que ser idéntico a todos.