Me quedé mirando el mensaje de “¡Felicitaciones!” completamente en shock. En abril, recibí un correo electrónico invitándome a presentarme a Dartmouth Bound, un programa gratuito diseñado para dar a los estudiantes una idea de la vida universitaria diaria en Dartmouth. Presenté mi solicitud sin ninguna confianza, pensando que no habría manera de que me aceptaran. Entonces, cuando llegó la carta de aceptación, me quedé atónita. Después de unirme a un chat grupal con otros Bounders, no pude evitar sentirme intimidada por sus impresionantes logros, que parecían eclipsar los míos. Sin embargo, me sentí reconfortada cuando otros admitieron que también estaban experimentando los mismos sentimientos de incompetencia. Todos estábamos lidiando con el síndrome del impostor, un fenómeno psicológico en el que las personas dudan de sus habilidades y logros a pesar de tener una clara evidencia de éxito. Este artículo explorará por qué el síndrome del impostor es común entre las personas de alto rendimiento, su impacto y estrategias prácticas para superarlo.
Entendiendo el síndrome del impostor
El término “síndrome del impostor” fue acuñado por la Dra. Pauline Clance y la Dra. Suzanne en la década de 1970. Observaron que sus pacientes, que eran mujeres de alto rendimiento, incluidas estudiantes de posgrado, estudiantes de medicina y profesionales en activo, experimentaban “un sentimiento interno de falsedad intelectual” y no se sentían merecedoras de sus logros (“El síndrome del impostor, una sensación interna de falsedad, es común entre las personas de alto rendimiento”). Este fenómeno se acompaña de una inseguridad crónica en uno mismo, de atribuir cualquier éxito a la suerte y de un miedo intenso a que “se descubra”.
¿Quién se ve afectado?
Aunque el Dr. Clance y el Dr. Imes observaron inicialmente el síndrome del impostor en mujeres con un alto rendimiento académico, ahora se sabe que este fenómeno puede afectar a cualquier persona, independientemente del género, la edad o la experiencia profesional. Sin embargo, el síndrome del impostor es particularmente frecuente entre las minorías y las mujeres con un alto rendimiento académico.
Causas del síndrome del impostor en minorías y mujeres
Varios factores contribuyen al desarrollo del síndrome del impostor en estos grupos. Ver poca o ninguna representación de la propia identidad en un campo determinado puede reducir el sentimiento de pertenencia, haciendo que las personas se sientan como extraños o impostores. Las minorías y las mujeres tienen menos probabilidades de encontrar mentores que se parezcan a ellas, lo que puede dar lugar a una falta de orientación y apoyo necesarios para el crecimiento profesional y personal. Las experiencias de discriminación racial o de género pueden contribuir aún más a un sentimiento de no pertenencia y pueden reforzar sentimientos de incompetencia y de duda sobre uno mismo. Esto puede presentarse en forma de microagresiones, como confundir a las médicas con enfermeras, el simbolismo, la estereotipia de los antecedentes, el cuestionamiento de la competencia y los comentarios despectivos. Estos factores pueden afectar profundamente a los estudiantes de alto rendimiento al reforzar los sentimientos de incompetencia y de duda sobre sí mismos.
El impacto del síndrome del impostor en los adolescentes
El síndrome del impostor puede tener efectos negativos importantes en los adolescentes. Dudar constantemente de uno mismo y la presión de esforzarse por rendir mejor pueden generar un aumento del estrés y la ansiedad. Con el tiempo, esto puede derivar en depresión y agotamiento. El agotamiento consiste en sentirse constantemente abrumado, fatigado y emocionalmente agotado.
El síndrome del impostor puede afectar negativamente el rendimiento académico de los adolescentes. Puede generar miedo al fracaso, lo que puede derivar en una postergación de tareas, ya que los adolescentes se preocupan por no cumplir con las expectativas. Este miedo también puede hacer que los adolescentes eviten los desafíos y las oportunidades que son capaces de afrontar.
Estrategias para superar el síndrome del impostor
Una estrategia eficaz que me ayudó a reconocer mi mérito para ser aceptada en el programa fue darme cuenta de que muchos de mis compañeros también tenían dudas sobre sí mismos. Sus experiencias compartidas me sirvieron como recordatorio de que mi solicitud había sido revisada y defendida por alguien que creía en mis capacidades.
Para superar el síndrome del impostor, primero debes comprender que estos sentimientos son comunes y que es fundamental que se puedan controlar. Luego, desafía y replantea el diálogo interno negativo. Practica afirmaciones positivas y autocompasión para desarrollar una mentalidad más saludable. Repítete que tus logros no son poca cosa. Además, deja de restar importancia a cualquier logro o comentario positivo que recibas. También debes buscar el apoyo de amigos, familiares o mentores y hablar sobre tus sentimientos de incompetencia.
Conclusión
Los jóvenes que tienen un alto rendimiento escolar suelen tener problemas con el síndrome del impostor, pero con el apoyo y las estrategias adecuadas, es algo que se puede controlar. Si reconocen y abordan estos sentimientos, reformulan los pensamientos negativos, celebran los logros y buscan apoyo, pueden desarrollar confianza y seguridad en sí mismos. Recuerde que superar el síndrome del impostor es un proceso y que está bien pedir ayuda en el camino. Empiece a poner en práctica estas estrategias hoy mismo para descubrir el síndrome del impostor y alcanzar su verdadero potencial.
Escrito por: Amari Bell, redactora de recursos para jóvenes de Mental H2O
Referencias
“El síndrome del impostor (una sensación interna de falsedad) es común entre los estudiantes de alto rendimiento”. UCLA Health, 1 de septiembre de 2023,
www.uclahealth.org/news/article/sentirse-como-un-fraude-sindrome-de-impostor-es-comun-entre-los-altos.